Déjenme contarles la historia de un pequeño mocoso inverbe con pocas o nulas expectativas a futuro. Un día abrió un libro de lectura de la SEP y destapó un portal a mundos fantásticos, trágicos y eufóricos por igual. La aventura continuó a paso de tortuga con los cuentos de R.L. Stine y esos libros de aventura que permiten al lector elegir su destino a lo largo de las páginas. Todo era bello y nada era lamentable hasta que el sistema educativo le encadenó los ojos a la obra de los "GRANDES ESCRITORES MEXICANOS": La tregua de Mario Benedetti, Aura de Carlos Fuentes y Las batallas del desierto, de José Emilio Pacheco. Auténticamente mundanas historias de la vida diaria e un fallido intento de suspenso sobrenatural es lo que hizo al pequeño mocoso maldecir la literatura iberoamericana sin prestarse a recibir argumento alguno a favor. El pequeño mocoso se volvió no solo un malinchista, si no también hizo añicos ese espacio fuera del físico en donde toda acción por más noble o ruín era posible. Años más tarde el mocoso se volvió hombre y regresó al camino de la literatura, pero siempre sin voltear a sus propias tierras.
Entonces el hombre malinchista se topó con el Diablo Guardián, y los resultados fueron estruendosos. Una tormenta giró alrededor de su mente y tras mucho tiempo en el exilio, el hombre volvió a amar las letras de sus paisanos. El pequeño mocoso inverbe apareció dentro del hombre y jamás se volvió a ir.
Esta es mi historia. Conocí esta novela mexicana por las reseñas de personas conocidas y no conocidas. Se prestó la oportunidad y le dí una leída. Diablo guardián es una novela existencialista en donde se cuestionan los límites que uno se toma para alcanzar lo que quiere. Velasco nos presenta a sus dos protagonistas: Violetta, una jóven sin escrúpulos que roba los ahorros de sus padres, también amantes de lo ajeno y se fuga a Nueva York a probar su suerte fichando hombres en los lobbies de hoteles lujosos. También tenemos a Pig, un hombre exiliado por su propia voluntad, atrapado en una eterna novela sin motivo ni final, atormentado por bestias nocturnas y Dalilas. Entra un tercer personaje, Nefastófeles y perdonen la palabra pero no encuentro otra para definirlo. CABRÓN. Violetta y Pig se encontrarán tarde o temprano y llegará la hora del diablo guardían, cuando se tiran los dados esperando a que todo se lo lleve el demonio.
Hay un detalle el cual no puedo ignorar y me estremeció durante la lectura de la novela. Yo soy Pig, no hay duda alguna en que comparto al menos gran parte de su personalidad, aunque no me he topado con una Violetta, afortunadamente. Del tal Nefastófeles encuentro muchos en la calle y en la escuela, pero no dejo que me afecten sus presencias.
Calificación: * * * * * * * * * 1/2
No hay comentarios:
Publicar un comentario